Ejercicio de sensibilización 2
Carla Chicango, 10mo
La vista es uno de nuestros sentidos más importantes, y una vez más, en la clase de proyecto hemos realizado un ejercicio en el cual cubríamos nuestros ojos con una tela obscura para no poder ver durante esta actividad.
En la clase, el profe nos pidió observar muy bien la habitación en la que nos encontrábamos y luego nos pidió vendarnos los ojos, después, uno por uno fuimos saliendo de la clase. Una vez afuera todos, el profe nos fue guiando hacia la cancha de fútbol del colegio, y allí nos ubicó en grupos, pidiéndonos que no hablásemos para que no nos reconociéramos de esa forma. Luego, tuvimos un momento para inspeccionar el aspecto de nuestro compañero con nuestras manos e intentar adivinar quién era.
En mi caso, me tocó con mis compañeros Klever y Alejandra, fueron fáciles de reconocer. A mí compañero lo reconocí por su cabello y su peculiar textura y a mi compañera, igualmente, por el cabello, ya que lo tiene muy, muy largo, a diferencia de las demás chicas de mi clase.
Tras hacer este ejercicio, nuestro grupo se tomó de las manos y todos juntos, guiados por la voz del profe Jorge, llegamos a la cancha de básquet, donde por fin nos quitamos las vendas.
Finalmente, todos nos reunimos y hablamos de lo que sentimos. Personalmente, pienso que la falta de cualquier de nuestros sentidos sería algo muy duro, y que las personas que viven de esta forma son personas muy responsables y fuertes, pues todos nuestros sentidos son muy necesarios para todo tipo de actividad, por más insignificante que fuera. Por eso, siempre debemos ponernos en los zapatos de otras personas y pensar en cómo se sienten, y las situaciones que viven día a día.
La vista es uno de nuestros sentidos más importantes, y una vez más, en la clase de proyecto hemos realizado un ejercicio en el cual cubríamos nuestros ojos con una tela obscura para no poder ver durante esta actividad.
En la clase, el profe nos pidió observar muy bien la habitación en la que nos encontrábamos y luego nos pidió vendarnos los ojos, después, uno por uno fuimos saliendo de la clase. Una vez afuera todos, el profe nos fue guiando hacia la cancha de fútbol del colegio, y allí nos ubicó en grupos, pidiéndonos que no hablásemos para que no nos reconociéramos de esa forma. Luego, tuvimos un momento para inspeccionar el aspecto de nuestro compañero con nuestras manos e intentar adivinar quién era.
En mi caso, me tocó con mis compañeros Klever y Alejandra, fueron fáciles de reconocer. A mí compañero lo reconocí por su cabello y su peculiar textura y a mi compañera, igualmente, por el cabello, ya que lo tiene muy, muy largo, a diferencia de las demás chicas de mi clase.
Tras hacer este ejercicio, nuestro grupo se tomó de las manos y todos juntos, guiados por la voz del profe Jorge, llegamos a la cancha de básquet, donde por fin nos quitamos las vendas.
Finalmente, todos nos reunimos y hablamos de lo que sentimos. Personalmente, pienso que la falta de cualquier de nuestros sentidos sería algo muy duro, y que las personas que viven de esta forma son personas muy responsables y fuertes, pues todos nuestros sentidos son muy necesarios para todo tipo de actividad, por más insignificante que fuera. Por eso, siempre debemos ponernos en los zapatos de otras personas y pensar en cómo se sienten, y las situaciones que viven día a día.
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